La investigación del Sur, al servicio de la educación inclusiva para las personas con discapacidad

Por : Naser Faruqui Posted: 23 Enero 2024

Este artículo se publicó originalmente en el sitio web del IDRC (en inglés y francés).

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Créditos: GPE/Kelley Lynch

Fui uno de los testigos que comparecieron ante el Subcomité de Derechos Humanos Internacionales de la Comisión Permanente de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional de la Cámara de los Comunes de Canadá a finales de 2023. Mientras el subcomité recopilaba análisis y opiniones para su estudio sobre la educación internacional inclusiva para las personas con discapacidades, me encontré en una compañía familiar y expresé un mensaje familiar sobre un tema importante para todos nosotros: ¿cómo podemos asegurarnos de que los estudiantes más vulnerables tengan un acceso igualitario a la educación?

Un estudio reciente de UNICEF muestra que la mitad de los niños con discapacidades en los países de ingresos bajos y medianos no terminan la escuela, y las niñas enfrentan desafíos desproporcionados. El oportuno estudio realizado por el subcomité puede ayudar a abordar la necesidad de soluciones prácticas.

Muchos de mis compañeros testigos en el subcomité parlamentario (representantes de organizaciones tales como Plan International y UNICEF, a quienes el IDRC se complace en llamar socios) dejaron en claro la necesidad de actuar en materia de educación inclusiva para las personas con discapacidades. Por mi parte, defendí la necesidad, y el poder, de la investigación y de la evidencia para responder eficazmente a las necesidades educativas de las personas con discapacidades.

En el Sur Global, existe una demanda genuina de evidencia sobre las formas más efectivas de fortalecer la educación para todos los estudiantes. Dos principios sustentan la respuesta del IDRC a esta demanda: en primer lugar, que aquellos más cercanos a los desafíos del desarrollo son los más capacitados para encontrar soluciones innovadoras. Y en segundo lugar, la importancia de compartir lo que funciona en todas las regiones y a nivel internacional.

He aquí cuatro áreas en las que el IDRC está demostrando que, al fortalecer la evidencia crítica, podemos avanzar en la educación inclusiva para las personas con discapacidades, no sólo en el futuro, sino hoy.

Primero, necesitamos comprender mejor las realidades de los niños que viven con discapacidades para mejorar su acceso a la educación y su aprendizaje. Sin datos claros sobre las discapacidades, incluyendo líneas de base y brechas, no podemos responder a todas las necesidades de los niños. A través de nuestra colaboración con el Intercambio en Conocimiento e Innovación (KIX) de la Alianza Global para la Educación, el IDRC está apoyando a los países para fortalecer sus sistemas de datos educativos, incluyendo la integración de datos sobre discapacidades, para brindar a las escuelas la información que necesitan para planificar una educación inclusiva. Los sistemas de información de gestión educativa tradicionales tienden a estar centralizados. Esto significa que, con frecuencia, se pasan por alto importantes desafíos relacionados con la equidad, incluyendo las cuestiones relativas a los niños con discapacidades. En Uganda, los investigadores de KIX están trabajando en un sistema de información de gestión educativa descentralizado que permita a los distritos recopilar, validar y utilizar datos para la planificación y la asignación de recursos. Un resultado concreto fue el siguiente: con una mejor recopilación y análisis de datos de rutina, incluyendo aquellos sobre estudiantes con discapacidades, el distrito de Gulu abogó por recursos adicionales para la construcción de rampas para las aulas en cuatro escuelas primarias para abordar las necesidades de los niños con discapacidades.

En segundo lugar, garantizar una educación inclusiva en los primeros años es fundamental para identificar las discapacidades y allanar el camino para el éxito a lo largo de la educación del niño. El IDRC está apoyando a los centros preescolares comunitarios para identificar e incluir a niños con múltiples tipos de discapacidades desde una etapa temprana, especialmente en comunidades rurales donde estos niños pueden quedar marginados.  En Uganda, Kenia y Zimbabwe, los niños con retrasos en el desarrollo experimentaron un viaje transformador a través del Proyecto Inclusivo de Aprendizaje Temprano en el Hogar (IHELP, por sus siglas en inglés), parte del programa KIX. La iniciativa IHELP se centra en el aprendizaje temprano inclusivo para niños que no pueden asistir físicamente al preescolar, tales como los que tienen discapacidades. A través de un modelo de colaboración que involucra a padres, comunidades y gobiernos, el proyecto establece centros de aprendizaje en el hogar donde los niños que no podían sentarse o caminar rápidamente progresan, sonríen, caminan y se comunican en cuestión de semanas. Los centros no sólo facilitan el desarrollo integral de los niños, sino que también los integran en el gobierno local y los sistemas educativos. El proyecto ha tenido un impacto significativo, impulsando la creación de más de treinta centros en Uganda, Kenia y Zimbabwe.

En tercer lugar, está claro que las iniciativas inclusivas para las discapacidades no pueden aislarse del sistema general. Estamos aprendiendo cómo integrar la educación inclusiva en los sistemas de educación pública adaptados a los contextos locales.  Por ejemplo, estamos ayudando a equipar a maestros, líderes escolares y padres con las habilidades que necesitan para integrar en los sistemas educativos a los estudiantes con discapacidades, incluso empoderando a los directores de escuela para que apoyen una mayor inclusión de las discapacidades en sus escuelas. En Bután y Bangladesh, la investigación realizada con institutos de formación docente dota a los educadores las habilidades para promover la inclusión y la igualdad de género a través del proyecto "Know Your Child”, también de KIX. Este enfoque considera diversos factores tales como problemas de salud, necesidades lingüísticas y estilos de aprendizaje.

Por último, aprovechar el potencial de las tecnologías en el aula y garantizar que sean inclusivas es un desafío que hay que afrontar. El último informe de Seguimiento de la educación en el mundo de la UNESCO, al que contribuyó el IDRC, se centró directamente en la cuestión de la tecnología educativa (EdTech). El informe señaló que la tecnología accesible y el diseño universal han abierto oportunidades para los estudiantes con discapacidades, pero también advirtió que hay escasez de evidencia imparcial de calidad sobre el impacto de la EdTech en general.

El IDRC ha apoyado la investigación en este sector durante casi dos décadas, ayudando en el desarrollo y la implementación de EdTech con la igualdad, la equidad y la inclusión de género en su centro.

También somos uno de los principales defensores de la investigación e innovación en inteligencia artificial para promover los objetivos de desarrollo internacional, trabajando con investigadores e innovadores de países de ingresos bajos y medianos que están explorando cómo aprovechar la IA para hacer que la educación sea más inclusiva. El lenguaje es un área donde las tecnologías de IA responsables ofrecen soluciones. Por ejemplo, estamos apoyando el desarrollo de una tecnología de apoyo que traduce el inglés hablado al lenguaje de señas de Kenia mediante caracteres de señas virtuales. Esto ayudará a los kenianos con discapacidad auditiva a acceder a la educación más fácilmente, ya que hay pocos intérpretes calificados en lenguaje de señas kenianas en el país.

Es fundamental desarrollar evidencia sobre lo que funciona para garantizar que nadie se quede atrás en la educación.  Compartir esa evidencia para permitir el aprendizaje conjunto y la adopción de políticas es igualmente importante, para ayudar a los estudiantes con discapacidades a obtener la educación que merecen y alcanzar su máximo potencial. Ese resultado promete beneficiarnos a todos.