Lecciones de prácticas educativas exitosas en África durante la pandemia de COVID-19

Posted: 06 Noviembre 2023

By Elisheba Kiru and Patricia Kitsao-Wekulo

Este blog fue publicado originalmente en la página web de ADEA Lecciones de prácticas exitosas en la educación en África durante la pandemia de COVID-19 | ADEA (adeanet.org) el viernes, 1ero de septiembre de 2023.

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No se puede exagerar ni cuantificar con precisión el impacto de la pandemia de COVID-19 en el aprendizaje debido a métricas inadecuadas. La pandemia azotó el continente africano entre finales de febrero y principios de marzo de 2020. El primer semestre del calendario escolar estaba llegando a su fin en la zona oriental del continente: específicamente en Kenia. Algunos estudiantes acababan de ingresar a la escuela secundaria y se estaban adaptando lentamente al nuevo entorno de aprendizaje. El año escolar estaba en marcha y las actividades extracurriculares clave estaban en pleno apogeo, entre ellas actividades deportivas y festivales de teatro. Más al oeste, en Nigeria, las escuelas se encontraban en la segunda mitad de su año escolar, que comenzó a principios de enero con diversas actividades programadas. La brusquedad y urgencia de la pandemia colocaron a las partes interesadas en una pronunciada curva de aprendizaje que requirió colaboración y exigió respuestas innovadoras y flexibilidad para adaptar nuevos enfoques teniendo en cuenta los sistemas y políticas existentes.

Este blog proporciona una descripción general de las prácticas exitosas basadas en evidencia de los países socios de la Alianza Global para la Educación (GPE), en el marco del Observatorio KIX sobre las respuestas al COVID-19 en los sistemas educativos en África, recopiladas de siete países: Burkina Faso, Kenia, Malawi, Malí, Mozambique, Níger y Nigeria, mediante un enfoque de investigación de estudios de caso. Los aprendizajes pueden proporcionar a los tomadores de decisiones, incluyendo expertos en currículo, funcionarios de los ministerios de educación, así como funcionarios de salud y planificación e investigadores, estrategias que pueden replicarse para mejorar la continuidad del aprendizaje y el bienestar de los estudiantes durante las crisis y fuera de ellas. Los hallazgos completos están documentos en el informe completo, titulado "Informe de estudios de caso sobre las respuestas a la pandemia de COVID-19 en los sistemas educativos de África". Las prácticas exitosas se incorporaron a las respuestas a la pandemia de COVID-19 para garantizar la continuidad del aprendizaje.

Las prácticas exitosas se enmarcan en dos grandes temas: (a) el funcionamiento de los sistemas educativos, incluyendo la formación de docentes y la reapertura de escuelas; y (b) el bienestar general de los estudiantes, lo que incluye ofrecerles nutrición, abordar la violencia sexual y de género y brindar apoyo a las personas desplazadas.

Operaciones de los sistemas educativos

Capacitación docente: en Kenia y Níger, el gobierno se puso en contacto con diferentes agencias educativas para capacitar a los docentes en el uso de enfoques novedosos que, o bien se utilizaban poco, o no se habían incorporado antes de la pandemia. Por ejemplo, en Kenia, la colaboración de múltiples partes interesadas que involucraron al Ministerio de Educación, el Centro para la Educación en Matemáticas, Ciencia y Tecnología en África y el Instituto de Desarrollo Curricular de Kenia facilitó la implementación del desarrollo profesional docente en línea. Además, los docentes recibieron capacitación en plataformas de enseñanza en línea como Google Classroom para llegar a los estudiantes de forma remota. En comparación, los profesores de Níger recibieron formación pedagógica sobre la enseñanza al nivel adecuado. Los países aprovecharon las estructuras y marcos existentes, proporcionando una plataforma de lanzamiento para la recuperación y el aprendizaje continuo. Además, las opciones creativas, tales como el uso de centros comunitarios de aprendizaje, aunaron los limitados recursos disponibles y brindaron a más estudiantes oportunidades educativas. En ambos países, técnicas innovadoras como el marco de formación de instructores y el uso de alternativas de baja tecnología, como la radio y la televisión, aumentaron el alcance de la implementación.

Reapertura de escuelas: en Malawi, el gobierno utilizó campañas de regreso a clases para garantizar que los estudiantes recibieran información sobre el regreso a la escuela después del cierre de escuelas y para facilitar una reapertura segura de las escuelas. Ideas creativas tales como la introducción de turnos dobles y la contratación de profesores auxiliares facilitaron el cumplimiento de las directrices de distanciamiento social.

Organizaciones como Save the Children complementaron los esfuerzos del gobierno para sensibilizar a las comunidades sobre la necesidad de enviar a sus hijos de regreso a la escuela. De manera similar, los grupos de madres, que normalmente estaban formados por 10 mujeres, actuaron como recurso clave y enlace entre las escuelas, los hogares y las comunidades. Estos grupos trabajaron en estrecha colaboración con las escuelas y el Ministerio de Educación para brindar apoyo de manera que mejoraran las posibilidades de éxito de los estudiantes, especialmente las niñas, en su educación. Los grupos de madres alentaron a los padres a enviar a sus hijos de regreso a la escuela. A veces también hacían un seguimiento con las colegialas que se habían casado para animarlas a regresar a la escuela. Estas organizaciones y comunidades aprovecharon sus redes y relaciones existentes y, en última instancia, aumentaron la aceptación de los esfuerzos en las distintas comunidades.

Bienestar general del alumno

Ofrecer nutrición: en Mozambique fueron evidentes las respuestas de recuperación coordinadas para garantizar que los estudiantes recibieran nutrición continua durante el cierre de escuelas. Múltiples partes interesadas trabajaron en colaboración para facilitar el proceso de distribución de alimentos. Las direcciones provinciales de educación, los servicios educativos de distrito y las juntas escolares organizaron procesos de distribución de alimentos utilizando los datos disponibles sobre los contactos de padres y estudiantes. Es importante destacar que el gobierno aprovechó el programa de alimentación escolar existente, proporcionó una plataforma de lanzamiento para la distribución de alimentos durante el cierre de las escuelas y colaboró con varias organizaciones no gubernamentales (ONG), tales como la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales y Counterpart International. El Programa Mundial de Alimentos proporcionó apoyo técnico a miembros del Ministerio de Educación y Desarrollo Humano en la preparación y facilitación de la formación de directores escolares de las provincias y distritos. Luego, esos instructores facilitaron talleres con directores, administradores de alimentación escolar y personal administrativo involucrados en la planificación, gestión, rendición de cuentas y presentación de informes en las 192 nuevas escuelas bajo el Programa Nacional de Alimentación Escolar. Además de proporcionar comidas para las familias, se alentó a la comunidad local a establecer granjas escolares que produjeran alimentos localmente y a bajo costo mediante el cultivo de huertas y la avicultura.

Abordando la violencia sexual y de género: en Malí, el gobierno utilizó un enfoque multifacético para abordar el aumento de la violencia sexual y de género (SGBV, por sus siglas en inglés) durante la pandemia, especialmente durante el cierre de escuelas. Organizaciones tales como Girls Leadership and Empowerment Through Education (GLEE) se centraron en crear conciencia comunitaria sobre la SGBV. En conjunto con socios para el desarrollo tales como USAID, el gobierno integró a GLEE con otras iniciativas educativas que generaron conciencia sobre la SGBV. Además del programa de GLEE, el gobierno de Malí capacitó a maestros y directores de escuelas sobre apoyo psicosocial en materia de violencia sexual y de género utilizando un enfoque en cascada (a nivel central, descentralizado y local) para aumentar la sensibilización dentro de las comunidades. GLEE se benefició al estar anclada en otros recursos de apoyo social en el país. El gobierno estableció mecanismos de apoyo psicosocial vinculados a la pandemia y ofreció protección a los grupos más vulnerables al tiempo que brindó educación y capacitación.

Brindando apoyo a las personas desplazadas: en Burkina Faso y Nigeria, la colaboración entre las partes interesadas, incluyendo el gobierno federal, ONGs tales como Creative Associates y otras organizaciones de la sociedad civil, facilitó programas de apoyo que brindaron un entorno propicio para la capacitación en actividades de aprendizaje fundamentales centradas en la aritmética, la alfabetización y las habilidades relacionadas con la salud dentro de los campamentos de desplazados internos (IDP, por sus siglas en inglés). Los programas de apoyo incluyeron la provisión de refugio y suministros necesarios, tales como saneamiento básico para niños y personas afectadas por la violencia sexual y de género. Los programas proporcionaron a estos beneficiarios información sobre el regreso a la escuela y las habilidades para generar ingresos. La energía solar apoyó el aprendizaje de las personas desplazadas y abordó las limitaciones relacionadas con el acceso limitado a la electricidad y a Internet, aumentando las oportunidades de aprendizaje para los estudiantes vulnerables. El desarrollo de grupos proporcionó un mecanismo para coordinar las respuestas en los campos de desplazados internos. Se reclutaron maestros de las comunidades de refugiados y de acogida para instruir a los niños durante el aislamiento, y se organizaron clases especiales para niños de los primeros grados.

Conclusión

La colaboración entre las partes interesadas en la educación, tales como gobiernos, socios para el desarrollo y líderes locales, facilitó la respuesta y la recuperación en los diferentes países. El éxito observado refuerza la importancia ya establecida de la cooperación en el sector educativo para una respuesta holística a las necesidades educativas, especialmente durante las crisis. Para estar preparados para futuras crisis y construir sistemas educativos resilientes, las partes interesadas pueden fortalecer los marcos existentes para capacitar a los docentes o distribuir alimentos, centrar las prioridades, fortalecer las alianzas entre las partes interesadas, fomentar las innovaciones locales y prepararse para eventos improbables para garantizar la continuidad del aprendizaje y la prestación eficaz de servicios.