La frecuencia de las emergencias humanitarias en todo el mundo está aumentando, con indicios de que esta tendencia seguirá aumentando (UN OCHA, 2023). El impacto de estas emergencias en la educación es variado, y muchas han resultado en que a un número cada vez mayor de niños se les niegue su derecho a la educación, a oportunidades para dominar la alfabetización y las habilidades numéricas, y se pierdan bienestar y apoyo cruciales.
Cuando se producen contextos de emergencia como aquellos ocasionados por conflictos violentos, riesgos para la salud, desastres naturales o cambio climático, la restauración y continuidad de la educación es crucial. Ofrece protección física contra los peligros y la explotación que prevalecen en entornos de crisis y desempeña un papel clave a la hora de contribuir a la estabilidad social, económica y política de las sociedades. También proporciona a los estudiantes los conocimientos y habilidades necesarios para sus futuros medios de vida y reconstrucción después de la crisis. La educación es a menudo primordial para transmitir información vital relacionada con la salud y la seguridad y mitiga el impacto psicosocial de los conflictos y los desastres al fomentar un sentido de rutina, estabilidad, estructura y esperanza. Además, los espacios de aprendizaje también sirven como puntos de entrada para servicios esenciales tales como protección, nutrición, agua, saneamiento y salud. Por lo tanto, es vital que la educación durante las emergencias y los períodos de recuperación sea apropiada y relevante y se centre en la enseñanza tanto de la alfabetización como de la aritmética básica, así como en otros planes de estudio pertinentes que incluyan el aprendizaje socioemocional y el pensamiento crítico, creando así una cultura de seguridad y resiliencia.
Un documento de trabajo Estudio exploratorio encargado por GPE KIX resume las prioridades clave relacionadas con los niños y jóvenes sin escolarizar o en riesgo de abandonar la escuela en contextos de emergencia y países afectados por la fragilidad, el conflicto o la violencia. El enfoque principal es en las prioridades identificadas por países designados por la GPE como países socios afectados por la fragilidad y el conflicto (PCFC, por sus siglas en inglés) en el 2023.
El documento reconoce las soluciones existentes dentro de varios temas relacionados con la educación en emergencias y el crecimiento significativo en la investigación en áreas que incluyen la educación de los refugiados, la educación de las niñas, el aprendizaje socioemocional y la educación terciaria para poblaciones afectadas por conflictos. Sin embargo, también denota una sorprendente ausencia de investigaciones sobre educación y reducción del riesgo de desastres. Se necesitan más investigaciones, sobre todo para apoyar la reinscripción y la retención de los alumnos, la formación de docentes y el apoyo para el trabajo con niños sin escolarizar y en situación de riesgo, y el bienestar socioemocional de esos niños.
Para más información, consulte el documento de trabajo completo: Apoyando el acceso a la educación y la retención de los niños en contextos de emergencia, de fragilidad y de conflicto: Documento de trabajo de estudio exploratorio de KIX de la GPE | GPEKIX
