Una extensa investigación ha subrayado la importancia de una formación docente de alta calidad y de programas de desarrollo profesional continuo como factores clave en el sistema educativo, particularmente en entornos marcados por conflictos y asentamientos de refugiados. En estos contextos desafiantes, los docentes asumen roles multifacéticos, que se extienden más allá de sus responsabilidades pedagógicas, para abarcar el asesoramiento y la atención a estudiantes que han sufrido traumas profundos, incluyendo la violencia grave y la pérdida de familiares. Un ejemplo notable es Somalia done tres millones de niños somalíes están sin escolarizar como resultado de los conflictos prolongados. Los estudiantes no son los únicos traumatizados y estresados: un estudio del IICBA del 2021 realizado en 14 países africanos revela que un tercio de los docentes y formadores de docentes sufren de depresión; es probable que esta tasa de depresión entre los educadores se vea exacerbada en entornos de conflicto como en Somalia.
Recientemente, el Centro KIX África 19 de la GPE realizó un estudio exploratorio sobre la preparación de los docentes para estas aulas afectadas por las crisis. Los objetivos del estudio incluyeron: identificar modelos existentes de desarrollo profesional del profesorado (TPD, por sus siglas en inglés) para educadores en áreas de conflicto y asentamiento de refugiados; evaluar la relevancia y efectividad de estos modelos para cerrar las brechas de competencia de los docentes en la práctica pedagógica; examinar factores que obstaculizan o facilitan la utilización de modelos de TPD en contextos afectados por las crisis; y evaluar el rol del personal del sector educativo y del liderazgo escolar en el apoyo a la institucionalización y adopción de estos modelos dentro de las escuelas en dichos entornos.
El estudio se basó en una revisión de la literatura, análisis de documentos de políticas, discusiones en grupos focales, una encuesta en línea y entrevistas con informantes clave. Entre los encuestados se encontraban personal del Ministerio de Educación, administradores escolares, docentes, funcionarios de educación distritales o regionales, inspectores escolares y organizaciones de la sociedad civil (OSC) dedicadas a apoyar a docentes y refugiados dentro de los asentamientos de refugiados. El estudio se enfocó en Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur y Uganda, elegidos debido a su prevalencia de fragilidad y su membresía en el Centro KIX África 19, que sirve como plataforma de intercambio de conocimiento e innovación para los países anglófonos de la región. Con base en los hallazgos, se dieron recomendaciones específicas destinadas a mejorar las iniciativas de desarrollo profesional del profesorado existentes en estos contextos.
Si bien la atención se enfoca en estos cinco países, el análisis también puede ser relevante para otros países de KIX África 19. En un mapeo de prioridades por país de los 19 países de la GPE que son miembros del Centro, el 59 por ciento de los encuestados expresaron la necesidad de realizar investigaciones centradas en mejorar el acceso a una educación de calidad y mejorar los resultados del aprendizaje de los niños en contextos de conflicto y crisis.
Hallazgos del estudio
El estudio encontró que muchos encuestados se beneficiaron de diversas actividades de TPD durante los últimos 24 meses, y un poco más se beneficiaron de modelos de TPD estandarizados e in situ en comparación con los modelos de TPD autodirigidos. La mayoría de los encuestados consideran que el TPD es relevante/eficaz, por ejemplo, para mejorar las habilidades pedagógicas, promover técnicas de gestión del aula y ayudar a los profesores a aprender nuevos métodos de enseñanza o mantenerse al día con nuevos enfoques de enseñanza.
Otro hallazgo interesante es que los programas de TPD que enfatizan las interacciones cara a cara, el entrenamiento, la tutoría y las aplicaciones prácticas se perciben como más valorados y tienen tasas de participación más altas que otros tipos de actividades de TPD. La Figura 1 a continuación muestra las tasas de participación versus el valor percibido según el cuestionario de la encuesta.
Figura 1
Fuente: estimación de los autores
El estudio reveló desafíos importantes para el TPD en contextos afectados por crisis. Los problemas clave incluyen una grave falta de recursos, en particular una financiación insuficiente, como lo informan muchos encuestados. También existen limitaciones de tiempo, recursos humanos y materiales. Los encuestados señalaron dificultades en la gestión y realización de capacitaciones debido a la escasez de facilitadores calificados, cuya contratación suele ser costosa. Las altas tasas de rotación de docentes, las pesadas cargas de trabajo y las limitadas oportunidades de capacitación exacerban estos desafíos. Además, las barreras lingüísticas son una gran preocupación, especialmente para los estudiantes con antecedentes escolares interrumpidos, agravados por prejuicios de género. Muchos docentes carecen de habilidades profesionales esenciales, motivación para la capacitación y dominio de las TIC, lo que se ve obstaculizado aún más por limitaciones financieras y salarios relativamente bajos. Los factores ambientales, tales como las duras condiciones climáticas y los riesgos de seguridad en las áreas seleccionadas, impiden aún más la implementación efectiva del TPD.
Factores de éxito en el desarrollo profesional docente continuo en entornos de crisis
Si bien este artículo es sólo exploratorio, algunos principios surgen del análisis y de la literatura más amplia. El TPD en contextos de emergencias debería contribuir : (i) Al desarrollo de la resiliencia: las crisis resaltan la importancia del desarrollo de la resiliencia entre los docentes, enfatizando la adaptabilidad, el ingenio y la creatividad frente a los desafíos; (ii) La participación comunitaria: involucrar a las comunidades locales en las iniciativas de TPD fomenta la apropiación y la sostenibilidad, asegurando que los esfuerzos de capacitación sean culturalmente relevantes y respondan a las necesidades locales; (iii) Integración tecnológica: el uso de tecnología para TPD puede ser eficaz en áreas afectadas por crisis, pero requiere una consideración cuidadosa de las limitaciones de infraestructura y los niveles de alfabetización digital; y (iv) Aprendizaje continuo: el TPD debe verse como un proceso continuo y no como un evento único, con oportunidades para el aprendizaje continuo y el crecimiento profesional.
Recomendaciones del estudio
El estudio ofrece recomendaciones clave adaptadas a los responsables de la formulación de políticas en los cinco países. Algunas de las recomendaciones incluyen: la urgencia de asignar recursos y financiación sustanciales a la formación y el desarrollo profesional del profesorado (TPD) en regiones afectadas por crisis; diseñar programas de TPD que puedan ser adaptados rápidamente a circunstancias y necesidades educativas cambiantes, asegurando la continuidad en medio de la crisis; que los responsables de la formulación de políticas defiendan políticas de apoyo a nivel nacional e internacional, dando prioridad al TPD dentro de marcos más amplios de respuesta a la crisis y recuperación; integrar el TPD en la planificación educativa a largo plazo; y un cambio hacia pedagogías transformadoras que involucren a las comunidades locales y a una amplia gama de partes interesadas.
Para más información, lea el estudio completo aquí.