¿Cómo los funcionarios gubernamentales identifican y adoptan las innovaciones para la ampliación a escala?

Posted: 07 Mayo 2021

Nota del editor: Este blog fue publicado originalmente en el sitio web de Brookings Institution el 21 de abril de 2021.  Los autores son socios de investigación del Intercambio en Conocimiento e Innovación (KIX)  de la Alianza Global para la Educación (GPE). Las opiniones expresadas en este documento son opiniones personales del autor y no reflejan necesariamente las de KIX.

Créditos: Global Partnership for Education

Cuando se trata de apoyar innovaciones a gran escala, los gobiernos juegan un papel central. Pero los actores no estatales, tales como investigadores o implementadores de proyectos, también son esenciales. A menudo, son ellos quienes diseñan, prueban y promueven las innovaciones, con la esperanza de que el gobierno reciba la iniciativa algún día para su adopción colaborativa a largo plazo. Como evidencia: en el catálogo global del Centro para la Educación Universal de casi 3.000 innovaciones educativas, dos tercios de ellas se iniciaron en el sector sin fines de lucro, mientras que solo el 12 por ciento originaron del gobierno.

Esto significa que los actores de la educación no estatal deben convertirse en expertos en presentar, probar y lanzar innovaciones para el gobierno. Necesitan aprender cómo los funcionarios gubernamentales identifican y adoptan innovaciones para la ampliación a escala, y cuanto más sepan los implementadores e investigadores sobre el proceso de toma de decisiones, más efectivos pueden ser.

Sin embargo, resulta que hay poca investigación sobre cómo los funcionarios gubernamentales deciden apoyar y escalar una innovación, y menos aún en el campo de la educación (la mayoría se enfoca en ampliar la escala de la atención médica, la agricultura y el alivio de la pobreza). Evaluamos los hallazgos de la investigación existente en estos cuatro campos para buscar consenso y divergencia, así como identificar las lagunas de investigación en nuestro propio trabajo.

Lo que esta investigación reveló es que la toma de decisiones gubernamentales sobre la ampliación a escala no es lineal ni puramente racional. En cambio, es un zigzag tridimensional en el que las características técnicas y financieras de una innovación interactúan con las relaciones personales, los incentivos políticos y las innovaciones competitivas. Si bien existe diversidad entre las innovaciones y los contextos, la literatura científica sugiere que, para que exista la posibilidad de adopción por parte del gobierno, la estrategia de innovación y escala debe estar alineada con las necesidades de quienes toman las decisiones. Además, para aumentar la probabilidad de que el gobierno adopte una innovación para su implementación a gran escala, debe responder a un problema local urgente, resultar eficaz en diferentes niveles de escala y ser rentable y políticamente atractiva.

Responder a un problema local urgente 

El contexto importa. La esencia de una innovación impulsada por la demanda es que resuelve un problema urgente. Si el tomador de decisiones no cree que lo haga, la innovación no se verá de manera favorable. Esto significa que los investigadores y los implementadores de la innovación deben identificar y articular qué problema educativo enquistado se abordará con su innovación. Además, una solución no sirve para todos, por lo que la innovación debe adaptarse a las características específicas del entorno. Y, finalmente, en un entorno de escasos recursos financieros y humanos, los políticos prefieren innovaciones alineadas con la agenda del gobierno.

La evidencia importa, pero ¿cómo y qué tanto? 

Los científicos a menudo creen que los datos por sí solos convencerán a los legisladores de elegir las políticas adecuadas que se deben escalar. Sin embargo, las experiencias en agricultura, salud y el alivio de la pobreza indican que los formuladores de políticas solo se basan en la evidencia estadística en parte; además, recurren a sus propias intuiciones, creencias, asesores confiables, familiaridad con el tema y realidades políticas. Esto se debe a varias razones. Primero, los tomadores de decisiones no siempre tienen datos confiables o los tipos de datos correctos. Los sistemas de información para la gestión de la educación (EMIS, por sus siglas en inglés) en los países de ingresos bajos y medianos varían de buenos a malos a inexistentes. En segundo lugar, algunos datos son más deseables que otros, y los formuladores de políticas necesitan apoyo para hacer uso de los datos: una evaluación interesante investigó si las inversiones en datos educativos coinciden con el uso de estos datos. Custer et al. encontraron que los tomadores de decisiones citaron los datos de evaluación de programas como los más deseables. Sin embargo, los responsables de la toma de decisiones también informaron de la necesidad de ser asistidos en la investigación para interpretar los datos, comunicar los resultados a las partes interesadas y elaborar políticas basadas en evidencias. Y en tercer lugar, los datos tienen limitaciones conocidas, tales como: (1) La precisión de las puntuaciones de las pruebas depende de cómo se interpreten; (2) siempre hay factores que la investigación no puede captar; (3) el uso de pruebas de control aleatorias cuando se pone a prueba una innovación pueden ser engañosas; y (4) demasiados datos pueden llevar a una parálisis en la toma de decisiones.

El dinero manda

Los tomadores de decisiones reciben constantemente nuevas innovaciones que prometen mejorar el rendimiento escolar y de los estudiantes. Dados los recursos limitados del sector educativo, los responsables de la toma de decisiones querrán saber qué innovaciones son rentables en relación con otras opciones. Esto es especialmente importante ahora, dado que dos tercios de los países de ingresos bajos y medianos bajos han recortado sus presupuestos de educación desde que comenzó la pandemia del COVID-19. El estar convencido de que los beneficios de una innovación en particular superan sus costos, o que esta es más rentable para lograr los resultados previstos que las opciones alternativas, será un factor clave. Dejar de lado la cuestión económica puede resultar fatal.

La política también

Nuestra investigación encontró que las decisiones gubernamentales sobre la adopción de una innovación son solo en parte acerca de la calidad o el potencial de la innovación, y solo en parte sobre tener datos que demuestren la efectividad de la innovación. Parecen ser, del mismo modo, el resultado de alinear la innovación con las propias necesidades políticas del tomador de decisiones, los deseos de reputación, las opiniones de los asesores confiables y las conversaciones personales con los expertos en educación. Esto sugiere que los innovadores, implementadores e investigadores no estatales deben pensar de manera amplia, profunda y estratégica a medida que escalan sus proyectos. Sin embargo, también sugiere que se necesitan más estudios.

El Centro para la Educación Universal (CUE, por sus siglas en inglés) en Brookings se ha asociado con el Intercambio en Conocimiento e Innovación (KIX), una alianza conjunta entre la Alianza Global para la Educación (GPE) y el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), para realizar investigaciones sobre el proceso de ampliación de la escala en la educación, incluyendo la forma en que los tomadores de decisiones identifican y adoptan innovaciones a escala, y el papel que juegan las compensaciones y los impulsores de escala claves en el proceso. Esperamos poder compartir conocimientos e ideas relevantes con la comunidad educativa global a medida que los aprendamos, incluso al comenzar esta serie de blogs sobre la toma de decisiones en torno a la ampliación a escala. En esta publicación inaugural, presentamos el panorama, y en publicaciones futuras discutiremos otros temas y hallazgos relacionados con la ampliación a escala.

 

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